Descripción
Nuestras vidas, como la de Furriones, avanzan a ritmo de tren, el tren de la ilusión, de la esperanza, del amor, del mañana y, cómo no, de un presente repleto de pasión por la música, que ha decidido instalarse para siempre en los corazones de todos los pasajeros que suban a sus vagones a grito de ¡amigos al tren!
Es un convoy que entiende de la vieja amistad a manos llenas, y no demasiado de la alta velocidad o de locomotoras comprometidas aún por llegar. Se ha apeado en los andenes de muchos rincones de Extremadura a ritmo de silbato, campana y de nota musical. Un humilde sueño que surgió hace cinco años se ha convertido, ya sí, en una manera de compartir y contagiar alegría y entusiasmo.